SIN SER

en nombre de dios
decidí quemar los inciensos
sin tu presencia
pues tu ausencia es tan noble como el viento en la hoja

ondean vagos mis pasos de fértil huella
en un terreno ajeno a mis dominios
en éste mundo el cristal brilla en gotas
escapando del clima de nadas que secuestran sueños
por eso es pesadilla el momento que me habita

en el color de mi mejilla se traduce una lágrima de hartazgo
del fuego solitario vino el impulso del desagote
como frío inoportuno que transgrede un verano
como la lluvia que olvida que el sol todavía está desnudo
es el barco de los perdidos que olvidaron la brújula el norte y las gaviotas

en el atardecer sin brillo ni premonición de oscura noche
sale del pecho un grito anhelante del eco
pero es llanura sin la caja de resonancia que regala el abismo
y en el borde del desespero te deja solo y con la voz trunca

no existe cielo ni luna que salve del vacío oscuro
que hace caminar a los extraviados que creyeron saber de senderos
la pérdida de materia para sostener la energía de los pasos
es la venganza cuántica de lo pequeño -lo importante-
que recuerda que en lo grande se pierde el tesoro del espíritu

adentro es más pequeño que el gigantesco afuera
pero lo imperecedero cabe en un bolsillo

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