Desespera…

Desespera mi mano

de la forma de tu cuerpo

que se escapó ya hace

una noche

que es un siglo

para mi dolor

abundante y refinado

totalitario en mis instantes

de agudo vacío de tu voz

que ahora no suena

como ese cuerno

llamando a la batalla

entre tu sexo hundido

y mi deseo atroz

Deja un comentario