Desorden vital

Oh, en íntima soledad

despedazo el momento.

 

En un raconto vuelco las palabras;

en una mirada desnudo realidad.

 

En nubes de profunda calma

vuelo al cielo anterior, ya ido,

en una vuelta del ser (y de dios).

 

Estoy erguido,

y en los ojos entran humo y hastío,

como bruma de vapores tristes, caducos.

 

Vuelvo al vacío de una noche,

de un cigarrillo muerto en la vereda.

 

Es una vida en fotogramas,

una brusca minuciosidad.

 

Someter el tiempo, perder la noción del ser,

andar desnudo de prejuicios y sus convenciones.

 

Vivir en un segundo, morir a perpetuidad;

es la danza de una vida,

es la noche que avisa:

«tal vez, mañana, ya no escribas más»

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